viernes, 29 de noviembre de 2013

"El muertico".

Quiero colorear sonrisas, teñir la acuarela y sacarle punta fila al creyón, expandir de alegrías una especie terrenal que con flu y corbata en un estado tan exaspero van olvidando la esencia más nutritiva de la vida, quiero dar un suspiro a los olvidados, madre, me siento tan escaso de herramientas y tan lleno de valor, padre, el sentimiento me afloja... No se puede vivir en tanto solipsismo, cada gota de sudor que dejaste en mi ser, cada cayo en tus manos (que me posaron, me alimentaron y me levantaron) te la repondré, padre, hoy quiero ser una golondrina en los vientos de la memoria, de esa memoria de los que nacieron sin suerte, de los que nacieron sin un hombre tangible como tu, de los que nacieron con una oportunidad en el suelo rota en pedacitos, padre, nuestro país se esta cayendo, el abono de la tierra de estas personas ya no es natural, escucho un dialecto diferente al nuestro (Venezolano) que les dan órdenes, que los oprimen. Las importaciones facturadas por el esfuerzo de esta gente no les esta dando el fruto que merecen, me consta el trabajo de estos nobles trabajadores y se me hace inefable como seguimos en una penuria alimentaria por debastecimiento si la mano campesina se encuentra en abundancia. Al igual que tu, ellos tienen esos pichonsitos que alimentar, que educar y armarlos con el suficiente restaño para que cuando crezcan no repitan un "Quiero ser como tu".                       

Ellos tan nobles, la sociedad en la que me voy desenvolviendo es tan acomplejada y misantrópica, que me siento afortunado de que hoy sea 11 de mayo y tras 19 años de mi nacimiento, este a millas de ese caos capitalino, que de otra manera vuelva a nacer, con diferentes madres que me alimentaron en el transcurso de esta semana, con diferentes hermanos que tuve la oportunidad de escoger y seleccionar para que sean parte de esta travesía junto a mi, con diferentes padres, que me aportaron un lugar donde dormir, a pesar de mi presencia ignota y sin saber intuición de mi velada por esta cálida llanura, con un rió que fue la fuente de mi bautizo, apadrinado por un perro que estaba solo y me encontré en el camino, el decidió acompañarme, apalmado por unos guías de muy corta edad y poca niñez que me abrieron las puertas de este hermoso recinto, ellos dan el amen y con su inocente risa la misericordia de mi nuevo renacer, un camuruco con raíces de nirvana, que representa a través de la historia de este pueblo la fuerza y entrega que cada una de estas madres (mis nuevas madres adoptivas) deposita en su hogar en un "pa' lante" aunque "la vaina este tan jodida", mi palabra no es suficiente y ya me siento incapaz, pero si es mi mas sincero método de afecto y agradecimiento a todas estas personas que aun sospecho si son de otra galaxia, porque no las reconozco parte del vil mundo en que abito y que de una manera u otra le abrieron la puerta a todos estos desconocidos sin saber tal consecuencia sensibilatoria que causaron en tantos corazones faltos de realidad.

Dejo como testigo estas lineas, como juez mi nombre y apellido, como instrumento ese cuchillo que fue útil para abrir las arepas con las que me alimente cada mañana y empezare por quitarme el corazón, dejarlo enterrado frente al camuruco y en su tronco amarrar sueños e ilusiones, con la intencion de esperar mi regreso, para llegar hasta allí, desterrar de nuevo y colocar el corazón en mi pecho, luego encontrare cual perro viva en soledad, para marchar de nuevo al rió.

Nota del trabajo de campo (2013). San Carlos de Cojedes, pueblo "El muertico".

Eduardo De Abreu.
En pro a la humanidad.



martes, 26 de noviembre de 2013

Te vi caminar a solas.

Sentí vértigo al cruzar la calle                   
Necesite protegerte o escuchar tu vos en la acera de enfrente que me señale         
Lo lindo de la vida sin recurrir a mis quimeras pasajeras                                     
De nuestros nombres tallados en pulseras,
Es irrevocable que me sigan preguntando por ti en la bodeguera 
                                                 
Así sigo andando por la autopista de los meses que me insisten en ofuscar,
Que en una puta cuadra,
Mi nombre con todo el sentido de tu vida vuelvas a pronunciar.

Eduardo De Abreu Wolfmann. 
Punzante del corazón. 


Art: Luis Martinez.

martes, 12 de noviembre de 2013

1/2 En la ciudad.

Desde una prodigiosa madrugada, desde cualquier luna llena, Caracas, cualquier fecha.. 

Me encontraba allí, buscándote en mi necesidad de refugiarme en ti, cual miserable buscando un golpe de suerte. La ciudad se estremece cada luna más en un caos peculiar, vampiros andaban borrachos de vasos sanguíneos por Bellas Artes, hombres alados caían en espiral en la plaza Bolívar de Chacao, ratas con hambres acechaban sobre los indigentes de la Baralt, Piratas gruñones taxeaban por las vías de Las Mercedes, todo mientras intentaba encontrarte. ¡Por favor! Llévame a donde tu sabes...  

Y es que camine cuadras enteras con un sabor amargo a ron que derramaba en sorbos sobre mi barba e impregnado al olor de los cigarrillos, recitando mi más sublime credo interpretado a la apología de tus pecas, sabes muy bien sobre mi vulnerabilidad en luna llena.. Y la furia que desata hoy la ciudad no es casual, esta cosmopolita esta penetrando radicalmente aquel punto débil y en los rostros de todos estos infelices (a los cuales me incluyo) se evidencian en su máxima expresión la mas vil y vorágine sensación, transpirando más allá del odio, es el contraste más gótico de nuestra alienación a la condición social establecida. Entonces dime... ¿Donde estas?.

Alojame hacia mi escondite favorito que va en dirección entre tus piernas, quiero succionar tu nombre, dar mi más preciso tacto a ese quien eres, exhalar tu suave aliento, dulce, armonioso, húmedo que alimenta mi vida miserable, desgarrar en círculos tu espalda, sentir tu respiración desgastada privando mi pecho en llamas. Y cuando el sol se anuncie quemándonos los ojos, con la fresca brisa de la mañana que va alejando el ardor, el alba se empezara a despedir de a poco, la asquerosa rutina diurna da inició, un renacer de todo un porvenir abre la ventana y e allí donde conseguiré mi intento de darte un beso en el centro de tu frente indicando un buenos días, pero tan solo despiértate y vete, que yo quiero seguir soñando.

Eduardo De Abreu Wolfmann.
Metafórico.

Art: Luis Martinez.