domingo, 8 de noviembre de 2015

El fútbol y su conformación como reproductor social en Inglaterra.


Las actividades deportivas han ido estableciendo cada vez más impacto a nivel global, considerando incluso al deporte como una de las instituciones más importantes de la vida moderna en las sociedades actuales, este sector tiene un poder de convocatoria másico similar a cualquier iniciativa con fines políticos o sociales y es por esto que su estudio parece tener una importancia particular en el mundo contemporáneo. 

El deporte es un identificador social y cultural, definidor de la identidad, esto quiere decir que tal como acierta Medina (1994), “determinadas prácticas deportivas permiten a los individuos llevar a cabo una estructura de identificaciones construida por los actores sociales que implican un sistema de adscripciones concreto” (p.10). En el proceso de sociabilidad deportiva es posible que se den y de hecho se dan en la mayor parte de los casos vínculos muy poderosos de identidad entre los diferentes actores, entre los cuales se presentan la pertenencia a clubes y/o equipos, sociedades deportivas y disciplinas concretas, creándose de esta manera unos fuertes sentimientos de identidad colectiva (Curipallo, 2004); esto quiere decir que el hecho de practicar un deporte específico  o ser fanático de un determinado club o equipo puede ser utilizado a nivel grupal como un elemento definidor de esa identidad.

Esta capacidad de generar sentimientos de identidad en los distintos actores viene dada porque el deporte en general tiene como característica su capacidad de imprimir en los individuos un conjunto de normas, valores y patrones de conducta. Un análisis importante tiene que ver con los distintos determinantes políticos, económicos y sociales que de alguna manera juegan un papel importante en la conformación de diferentes equipos, clubes e incluso en la afiliación o seguimiento de un deporte y algún equipo particular. Considerando esto, podríamos preguntarnos ¿Las prácticas deportivas puede ser el reflejo de la estructura social en una sociedad determinada?. Xavier Medina (1994) señala que en general  “El fenómeno deportivo está estrechamente vinculado a la realidad social y cultural, hasta el punto que se transforma con ella”. (Medina, 1994). En otras palabras, existen elementos políticos, sociales y económicos que pueden determinan la práctica o afición por uno u otro deporte y también en algunos casos la afición por equipos particulares. En el caso inglés, actualmente queda claro que es la clase trabajadora la que tiene una identificación importante con el fútbol, a diferencia de la clase media que se identifica con deportes como cricket, el rugby y el tenis, así lo señala Raúl Fain (2014) en su artículo publicado en el BBC Mundo titulado “Fútbol y clase social”.

        A continuación se tratará el tema específicamente de este fenómeno en el fútbol inglés desde su formación, por lo que se orientará la discusión a la siguiente interrogante ¿La conformación y estructura del fútbol en Inglaterra puede ser considerado el reflejo de la estructura de la sociedad inglesa?. Es importante destacar que en Inglaterra la fanaticada del fútbol son catalogadas como hinchadas o hooligans y se explicará la manera en la que en estos grupos se pueden ver reflejado diversos elementos de estratificación social, elementos socio económicos que determinaron desde sus inicios la conformación de los equipos y clubes y a su vez la manera en la que hoy se conforma la fanaticada del fútbol inglés.

Ahora bien, si se quiere analizar lo antes mencionado es importante conocer a grandes rasgos a qué se refiere la estratificación social para de esta manera explicar qué implicaciones tiene en la formación y establecimiento del fútbol inglés como se conoce en la actualidad. Para Giddens (2000), La estratificación se refiere a las “desigualdades estructurales que existen entre diferentes grupos de individuos” (p.316). Está claro que las desigualdades están presentes en todas las sociedades, incluso en las más simples, estas desigualdades responden primordialmente al sistema de estratificación propio de cada sociedad. Existen diversas teorías en las que se plantean posturas sobre la estratificación, sin embargo las dos más conocidas son las de dos de los clásicos de la sociología: Karl Marx y Max Weber. En primer lugar Marx propone una premisa fundamental para comprender este fenómeno y es a partir de la división de clases, donde existe conflicto y clases antagónicas per sé. Por su parte, Weber plantea que en una sociedad no solamente es importante el elemento económico para determinar la conformación de los diferentes estratos sociales, sino también juegan un papel fundamental elementos como poder y estados, queriendo decir que existen varios ejes de diferenciación, entre los que están el económico que es determinante del sistema de clases; el prestigio que definirá los diversos grupos de estatus y el poder.

          El deporte en general se crea como un elemento importante que permite promover la afectividad, la toma de decisiones y la recreación. Sin embargo, El historiador Julio Frydemberg (1997) plantea que “el deporte moderno nació - en buena medida - como un intento por construir mecanismos eficaces para la reproducción de la dirigencia de la burguesía inglesa, a través de sus colegios que se dedicaron a entrenar a los futuros dirigentes” (p.20)

            Por otra parte, se fueron dando la creación de diversos clubes desde el centro de las clases obreras, este es el caso de clubes como  West Ham United y Milwall FC del este de Londres, los cuales fueron fundados en barrios obreros. Existe un elemento importante en la fundación del West Ham United Football Club, el cual en sus inicios era conocido como un club patronal, creado por una empresa privada como elemento regenerados, era llamado Thames Ironworks Football Club. Cuando se funda  West Ham United Football Club en 1900, su fundación significa por su misma designación la distancia establecida frente a la empresa (Korr, 1978). Cuatro años después de su fundación, en 1904 el club abandona su estadio del Memorial Ground que había sido construido justo en pleno corazón del barrio obrero, y se establecen en el Boleyn Ground, situado en un barrio residencial fácilmente accesible para los trabajadores de West Ham, de esta manera el club patronal se convierte en una empresa autónoma, no enfocando ya la práctica del deporte como regenerador, sino que pone en marcha un equipo capaz de suscitar un proceso de identificación en una amplia comunidad territorial. (Korr, 1978). En este caso se puede ver reflejado cómo las personas que pertenecen a cada club y los seguidores o fanáticos catalogados hooligans, estaban en este caso completamente relacionados con los orígenes de su institución deportiva, siendo los seguidores de cada uno de estos equipos personas con características socioeconómicas similares, incluso pertenecientes a zonas geográficas aledañas.

Por otra parte, continuando con la relación y vinculación de los elementos de estratificación social con el movimiento deportivo, específicamente del fútbol inglés,  Norbert Elías y Eric Dunning (1992) en su obra “Deporte y ocio en el proceso de la civilización”. Describen un aporte de Ian Tayior donde señala que la violencia en el fútbol es causa y efecto de lo que él denominó “Aburguesamiento” donde “los hooligans contemporáneos constituyen una especie de movimiento de resistencia obrero frente a la comercialización del fútbol”. (Tayior, 1971, pág. 352) Comercialización que han realizado instituciones deportivas privadas en Londres como el Chelsea FC y Totteham Hotspur, que desde un enfoque Keynesiano invierte grandes sumas de dinero, para que el equipo crezca y de resultados en lo futbolístico. Según datos oficiales de la FIFA, el Chelsea FC de la mano de su presidente Roman Abramovich, empresario Ruso en materia petrolera, ha hecho una inversión de 1000 Euros desde su llegada a la presidencia del club. De esta manera se crea una diferencia marcada en la cual existen equipos económicamente muy poderosos y se mantienen los equipos tradicionales que no tienen ese poder económico y evidentemente la fanaticada que sigue a cada uno de estos clubs comparte en su mayoría características socioeconómicas y valores comunes, por lo que a través de esta nueva estructura del fútbol inglés se puede reflejar de cierta manera la estructura social de Inglaterra.
Es importante analizar esta situación desde el enfoque Marxista que fue presentado al inicio, ya que se presenta claramente la presencia de grupos antagónicos en conflicto dentro del mismo ámbito deportivo. Por una parte se encuentran los grupos adeptos a la clase obrera con su movimiento de resistencia al aburguesamiento de esta práctica deportiva y por otra parte los empresarios, presidentes y dueños de los equipos de gran elite en Inglaterra quienes llevan adelante el movimiento de “aburguesamiento” del futbol inglés. Este tipo de lucha de clases es la tradicional en la teorías marxista (Burgueses contra Proletariados) y según lo relatado acontece en las esferas del futbol Inglés, generando eventos de violencia entre los dos grupos.

Sin embargo, esta no es única forma de violencia que se presenta en el fútbol inglés, Norbert Elias y Eric Dunning (1992) describen otra manera de conflicto relacionada también por las características socioeconómicas. Los autores explican que los grupos rivales no son únicamente grupos de diferentes posiciones socioeconómicas, ya que existen grupos rivales constituidos principalmente por miembros del mismo estrato social, es decir, de los llamados sectores rudos de la clase obrera. Esto quiere decir que existe un conflicto intra-clase adicional al conflicto inter-clases explicado anteriormente. Un ejemplo del conflicto intra-clase es el existente entre los dos equipos nombrados al inicio, el West Ham United y Milwall FC, ambos formados en un ambiente obrero.  En el caso de estos clubs existió una fuerte rivalidad y antagonismo entre ellos como consecuencia de elementos externos tanto sociales como económicos-laborales que permearon a la práctica deportiva. En un artículo titulado “West Ham United - Millwall: El antagonismo de la clase obrera de Londres” publicado por Vavel en el 2012 se relata una evidencia de dicho antagonismo.

En los años 60, el este de Londres vivió una huelga general que causó la división de dos sectores dedicados a la metalurgia. Los empleados de la zona de estibadores, que apoyaron apasionadamente la huelga. Sin embargo, los trabajadores del sector del metal se negaron a cooperar con el movimiento, lo que dio lugar a una obligada rivalidad, dividida en dos grupos, que encontraron en el mundo ‘hooligan’ del fútbol la perfecta excusa para destapar los trapos sucios y curar las viejas heridas del pasado: los seguidores del West Ham United (sector del metal) y los hinchas del Millwall (zona de estibadores). (…) En este caso la rivalidad entre ambos equipos no viene por cuestiones políticas (la afición del Millwall es miscelánea: hinchas de izquierdas, de derechas, racistas…), como sucede en la mayoría de los casos. El odio que se generan las dos aficiones se bifurca en dos puntos bien marcados: por lo local, como la rivalidad por ser el mejor equipo de la zona sureste de Londres, y por lo laboral, como querer imponer la predominancia del metal por encima del trabajo portuario y viceversa. (Vavel, 2012)

De esta manera queda clara que la rivalidad en el ámbito deportivo ocurre como consecuencia de la vinculación directa entre los clubes y los distintos grupos sociales que lo conforman.

Ahora bien, en este hecho del conflicto intra-clase es necesario asentar claramente que decir esto no es negar ni que tales grupos participen en los conflictos entre las clases sociales -por ejemplo, se enfrentan regularmente con la policía, que es el representante de las clases dominantes-, ni que sean víctimas de la explotación de grupos socialmente más poderosos” (Norbert & Dunning, 1992). Es decir, pareciera que a pesar de tener conflictos internos entre los clubs de la clase obrera, está por encima de esto su identidad para una lucha común inter-clase.

Considerando todo lo anteriormente planteado, se puede evidenciar que en el mundo deportivo, específicamente en el fútbol inglés, existe un reflejo claro de los grupos sociales y económicos de la sociedad inglesa en la conformación de los distintos clubes e incluso en el establecimiento de conflictos entre los distintos equipos deportivos y su fanaticada. Queda evidenciado que la afición a uno u otro club implica en gran medida el compartir características sociales, económicas, políticas similares, considerando que cada deporte y equipo funciona como un elemento de identidad para cada una de las personas y que como tal implica comportamientos, valores y actitudes. 

Haciendo una paradoja, en el caso del futbol inglés se puede ver reflejado como actualmente los empresarios y dueños de los clubes de fútbol más poderosos representan aquellos que Marx consideraba los dueños de los medios de producción, que en este caso son las instituciones deportivas y por otra parte están los equipos tradicionales y toda su fanaticada que defiende lo tradicional del futbol y la resistencia al aburguesamiento y la comercialización de esta práctica deportiva que vendrían a ser los llamados proletarios descritos por Marx. Esta paradoja refleja la lucha de clases marxista como una lucha para que el fútbol en Inglaterra no pierda su esencia, tal como se promovió desde sus orígenes obreros. 



Referencias

Elías, N. y Dunning, E. (1992). “Deporte y Ocio en el proceso de civilización”. Madrid: Fondo de Cultura Económica. Disponible en: https://tallerdeinvestigacionyensayo.files.wordpress.com/2008/04/elias-norbert-deporte-y-ocio-en-el-proceso-de-la-civilizacion.pdf
Fain, R. (2014). Fútbol y clase social. BBC Mundo. Disponible en: http://www.bbc.com/mundo/blogs/2014/03/140310_blog_de_lalo_futbol_ingles_problema
Frydemberg, J. (1997), Prácticas y valores en el proceso de popularización del fútbol, Buenos Aires 1900-1910‖, en Entrepasados. Revista de Historia, VI, 12, Buenos Aires.
Giddens, A. (2000).  Sociología. Tercera Edición Revisada. Madrid: Alianza Editorial.
Korr, C. (1978) "West Ham United Football Club and the Beginnings of Professional Football in East London", Journal of Contemporary History, vol. 13, número 2, p.p. 211-232.
Medina, X. (1994) “El deporte como factor en la construcción sociocultural de la identidad” en VV.AA. Ciencias Sociales y Deporte. Investigación social y deporte.
AEISAD, nº1, Pamplona.
Tayior, I. (1971), “Football Mad: a SpecuIative, Sociology of Football Hooliganism”, Londres, pp. 352-357

Vavel (2012). West Ham United - Millwall: El antagonismo de la clase obrera de Londres. Disponible en: http://www.vavel.com/es/futbol-internacional/inglaterra/87511-west-ham-united-millwall-el-antagonismo-de-la-clase-obrera-de-londres.html




Eduardo De Abreu.
Simples Relatos. 


martes, 27 de octubre de 2015

Materialismo y Logos.

El concepto de evolución ha jugado un papel fundamental en la comunidad científica y en la sociedad en general, término que incluso ha llegado a formar parte del lenguaje cotidiano de muchas civilizaciones representando cambio y mejoras en cualquiera ámbito natural o social. Para comprender claramente el papel del trabajo, el lenguaje y el logos en el desarrollo evolutivo del hombre, es de suma importancia hacer un breve recuento de los antecedentes históricos y teóricos del concepto de evolución. Debemos comenzar aclarando que antes del siglo XIX, la idea de que algo superior pudiera proceder de algo inferior no estaba todavía arraigada a la comunidad científica del momento. El psicólogo español José Luis Pinillos explicó:

Semejante idea tardó mucho tiempo en imponerse, y tan sólo en el siglo pasado puede decirse que comenzó a admitirse en ciertos círculos científicos. Al hombre, como decimos, le costaba aceptar que algo (la materia) diera lo que no tenía (la vida, el pensamiento), y, en consecuencia, las primeras formulaciones de las teorías evolucionistas (Buffon, Lamarck, el mismo abuelo de Charles Darwin) fueron mal recibidas” (Pinillos, 1970)
El término evolución probablemente fue introducido por el filósofo Hebert Spencer hacia 1850 cuando formulaba sus primeras teorías generales de evolución, en las que trascendió el ámbito físico y biológico llegando a plantear incluso un evolucionismo social. Poco tiempo después, el naturalista Charles Darwin publicó en 1859 El origen de las especies, obra de carácter más científico donde planteó sus teorías sobre transformismo biológico, las cuales, otorgarían al concepto de evolución su esencial importancia en la comunidad científica posterior. Darwin explicó que la vida evolucionaba cumpliendo ciertas leyes naturales, el filósofo italiano Nicola Abbagnano resume:

Los individuos en los que se manifiestan cambios orgánicos ventajosos tienen mayores probabilidades de sobrevivir en la lucha por la vida, y en virtud del principio de herencia habrá en ellos una acentuada tendencia a heredar los caracteres accidentales a sus descendientes. Ésta es la ley de la selección natural que Darwin considera como resorte principal de la Evolucion. (Abbagnano, 2010)

Para mediados de siglo XIX e influenciados en cierta medida por las teorías evolucionistas, Karl Marx y Frierdrich Engels paralelamente habían planteado ya su concepción materialista de la historia, la cual, buscaba explicar los cambios dados en una sociedad partiendo de sus condiciones materiales. El economista austrohúngaro Eric Roll expuso:

El hombre, dice Marx, es un productor social de sus medios de subsistencia. La producción social implica ciertas relaciones sociales cuyo carácter dependerá del grado de desarrollo de las fuerzas productivas de la sociedad. Esas relaciones sociales constituyen la estructura económica de la sociedad, sobre la cual se construye una superestructura de instituciones políticas y jurídicas, de ideas y modos de pensar, que reflejan, a fin de cuentas, la estructura económica existente. Para comprender esas instituciones e ideas en su forma existente y en sus cambios constantes, hay que estudiar la estructura econpomica que les ha dado nacimiento.  (Roll, 1942)
Básicamente, Marx planteó que las relaciones productivas son relaciones de propiedad, es decir, la sociedad se divide en clases que se definen según su posesión o no de los distintos medios de producción, por consiguiente, la estructura económica de la sociedad es el determinante fundamental de los demás fenómenos sociales.  

En este punto, habiendo expuesto muy brevemente las ideas que fundaron el evolucionismo y la concepción materialista de la historia, podemos ahora continuar con el tema central de nuestro ensayo, a saber: el papel del trabajo y la palabra en el proceso de evolución del hombre. El filósofo y colaborador de Marx, Friedrich Engels, publicó en 1876 su obra El papel del trabajo en la transformación del mono en hombre, en la cual, afirmó que “Primero el trabajo, luego y con él la palabra articulada, fueron los dos estímulos principales bajo cuya influencia el cerebro del mono se fue transformando gradualmente en cerebro humano (Engels, 1876). Según Engels, el trabajo al igual que la naturaleza constituye una fuente de riqueza llegando a ser una condicion básica y fundamental para el desarrollo de nuestras vidas, afirma que “hasta cierto punto, debemos decir que el trabajo ha creado al propio hombre” (Engels, 1876). Basándose en caracterísiticas fisicas descritas por Darwin sobre los antepasados del hombre, Engels explica desde una perspectiva materialista el papel que ha jugado el trabajo y en lenguje en la evolución humana.

Comienza afirmando que el hecho de haber dejado los árboles y adoptado con el tiempo una posición erguida “fue el paso decisivo para el tránsito del mono al hombre” (Engels, 1876). Estos pantepasados humanos poseían manos toscas capaces de realizar acciones relativamente sencillas, pero mediante la transmision hereditaria, el trabajo y la adaptación, fueron perfeccionándose y posibilitando la realización de acciones cada vez más complejas, pudiendo afirmarse que “la mano no es sólo el órgano del trabajo; es también producto de él” (Engels, 1876), es decir, la mano realiza el trabajo y éste a su vez modifica la mano en el proceso. Ahora, debemos entender que la mano, órgano tomado como ejemplo, no tiene una existencia aislada o independiente, funciona más bien como pieza de una estructura o un miembro que forma parte de un organismo entero y más complejo, por consiguiente, aquello que beneficie a la mano beneficiará tambien a todo el cuerpo mediante la ley denominada por Darwin como “correlación de crecimiento”, la cual explica que las modificaciones experimentadas por ciertos cambios en determinados órganos pueden provocar cambios en la forma de otros órganos por muy complicado que sea explicar tal conexión, en palabras de Engels: “Según ésta ley, ciertas formas de las distintas partes de los seres orgánicos siempre están ligadas a determinadas formas de otras partes, que aparentemente no tienen ninguna relación con las primeras” (Engels, 1876).

A la par del desarrollo de herramientas, el mono hacía su dieta cada vez más variada, logrando con ello aportar al organismo nuevas sustancias que constribuyeron con el mejoramiento de sus cuerpos. El consumo de carne, por ejemplo, condujo a nuestros antepasados a dominar el uso del fuego y la domesticación de animales, permitiendo no sólo una mejor digestión sino una fuente de alimento más regular, y por consiguiente, seres más fuertes y adaptables a los distintos entornos. Con ciertos órganos desarrollados y con trabajos cada vez más complejos, el hombre en proceso de evolución comienza a notar las ventajas del trabajo común y la ayuda mutua, viéndose obligado a agruparse progresivamente con otros de su especie para una mayor obtención de beneficios. Tal agrupación traería consigo la necesidad de comunicarse unos con otros, contribuyendo asi con el desarrollo y perfeccionamiento del las cuerdas vocales y el oído para lograr la comunicación requerida entonces. Resumiendo en palabras de Engels: “La necesidad creó el órgano” (Engels, 1876). En este punto podemos ya comprender básicamente cómo el trabajo y la palabra articulada comprenden los dos principales estímulos que influyeron en la transformación de mono a hombre.

Con la expansión del humano por distintos territorios y climas el trabajo fue diversificándose y especializándose, aparecieron la ganadería, la agricutura, el tejido, la navegación, la metalurgia y otras actividades, nacieron también tribus, estados y naciones desarrollándose en ellas el comercio, el arte, la ciencia, el derecho, la política y la religión. Durante el desarrollo de las civilizaciones los humanos atribuyeron al cerebro una exclusiva importancia como responsable de planear el trabajo y dirigir manos ajenas para realizarlo, Engels afirma que “Los hombres se acostumbraron a explicar sus actos por sus pensamientos, en lugar de buscar ésta explicación en sus necesidades” (Engels, 1876). Mediante el trabajo planeado y dirigido, el humano a diferencia de otros animales es capaz de modificar o transformar la naturaleza conscientemente en función de sus deseos y necesidades, Engels explica: “Lo único que pueden hacer los animales es utilizar la naturaleza exterior y modificarla por el mero hecho de su presencia en ella. El hombre, en cambio, modifica la naturaleza y la obliga así a servirle, la domina” (Engels, 1876)

El filósofo español José Luis Ramirez a diferencia de Engels, considera no el trabajo sino el Logos como el elemento esencial responsable de la evolución humana y como herramienta que separa a los hombres de las bestias. Ramirez afirma que “El ser humano sólo puede conocer algo a través de otras cosas y sólo puede actuar sirviéndose de instrumentos o prótesis que faciliten esa operación” (Ramirez, 1999), por ello, usa la palabra herramienta para explicar que el hombre necesita un instrumento de mediación para percibir su entorno, dicho instrumento es el logos, el cual, le permite entender y organizar en sus pensamientos la información que recibe de sus sentidos, trascendiendo el ámbito del conocimiento y adquiriendo también una importancia práctica, ya que, mediante el logos el ser humano conoce lo que es bueno o conveniente y logra comunicarlo a sus semejantes, posibilitando la comunicación y el intercambio de conocimientos con fines prácticos. En palabras de Ramirez: “Se trata de una mediación o instrumentalidad simbólica que de un lado suple y reemplaza a la impresión de lo externo concreto, organizándolo conceptualmente, y de otro otorga estructura a nuestra actuación consciente” (Ramirez, 1999). Vemos entonces que el conocimiento adquiere una dimensión práctica como orientador de las acciones humanas.

El ser humano a diferencia de los animales es capaz de exteriorizar sus pensamientos mediante sonidos articulados, y aunque quiera atribuir poder comunicativo a los animales, nunca se encontrará en ellos la capacidad de reflexión, de crear nuevos significados o de jucios éticos o estéticos. Ramirez aclara que “lo que caracteriza al uso de utensilios o instrumentos por el hombre es que éstos se le hacen conscientes, siendo pensados y creados con ayuda de su capacidad racional y comunicativa” (Ramirez, 1999).

Ramirez coincide con Engels en que la mano y el lenguaje son instrumentos básicos para la la elaboración de todo tipo de herramientas, afirma que  la mano es un instrumento creador de utensilios materiales y tangibles mientras que el lenguaje es un instrumento creador de utensilios inmateriales y simbólicos, explica que “las cosas no son lo que decimos que son, pues lo que entendemos como el ser de las cosas no es más que la función que les otorgamos o los aspectos a que atendemos por su relevancia con nuestra actividad humana” (Ramirez, 1999). Estas palabras expresan la importancia del lenguaje como elemento creador y comunicativo, mediante el cual, se le atribuye significado a todo lo que nos rodea para darle sentido al mundo en función de nuestra propia humanidad, el autor explica para ser conscientes de algo debemos objetivarlo, es decir, convertirlo primero en objeto externo a la conciencia, y luego de este proceso de reificacion o cosificacion es que podemos tomar lo percibido y estudiarlo o analizarlo de forma reflexiva mediante la instropección, llegando a afirmar que “Sin conciencia no hay objeto, sin objeto no hay conciencia; aun cuando conciencia y objeto no son lo mismo” (Ramirez, 1999).  La creación del alfabeto es una clave fundamental para el origen de todas las tecnologías posteriores debido a que posibilitó la exteriorización de ideas contenidas en el pensamiento del hombre, esto explica la importancia que jugó la imprenta para el surgimiento de la Edad Moderna, ya que popularizó la lectura y escritura promoviendo con ello la alfabetización y educación de la sociedad en general.

Una vez planteada estas diferencias fundamentales entre animales y humanos, podemos también comprender que el hombre a lo largo la historia no ha dominado sólo a la naturaleza sino también a otros hombres, y a pesar de su evolucionado cerebro se le ha dificultado aprender a calcular las consecuencias sociales de sus actos, contribuyendo con la formación de clases antagónicas y prolongando el conflicto entre dominantes y dominados ignorando las posibles consecuencias sociales o naturales más remotas e indirectas, Engels aclara: “Todos los modos de producción que han existido hasta el presente sólo buscaban el efecto útil del trabajo en su forma más directa e inmediata” (Engels, 1876). Habiendo repasado entonces las ideas fundamentales de los autores, podemos también observar que la humanidad se encuentra en un punto en el que posee los medios necesarios para resolver los problemas más impactantes y hacer posible una vida digna con un bienestar equilibrado, pero, paradójicamente, lo único que amenaza a la especie humana es el propio ser humano, ya que, a pesar de los avances tecnológicos y del desarrollo de organizaciones internacionales que supuestamente actúan por el bien común, el mundo se encuentra envuelto en una diversidad de conflictos que afectan a la sociedad global en general, todo ello mientras adaptamos nuestra vida constantemente a nuevos inventos que posiblemente aceleren nuestra extinción o prolonguen el malestar social mundial. En palabras de Ramirez: “El hombre moderno vive al mismo tiempo en el mejor y en el más peligroso de los mundos posibles” (Ramirez, 1999).

Considerando entonces la evolución como la supervivencia del más fuerte, surgen ciertas interrogantes: ¿puede hablarse de una selección natural entre humanos? Es decir, ¿Cómo se extinguirán los “débiles” y hasta qué punto vivirán los “fuertes”? ¿Se trata la evolución humana de la supervivencia de algunos o del bienestar de todos? ¿Es la evolución un a teoría cruel o hay algo en ella que no hemos comprendido? El carácter paradójico del desarrollo radica en que puede ser una herramienta de salvación pero también un mecanismo que acelera nuestra extinción, entonces, una vez comprendido esto es inevitable hacernos la gran pregunta: ¿El ser humano como especie está realmente evolucionando? Y más importante aún: ¿Podemos mejorar las condiciones sociales mundiales o nuestra extinción llegará primero?


BIBLIOGRAFÍA

Abbagnano, N. (2010). Diccionario de filosofía. Actualizado y aumentado por Giovanni Fornero. México: Fondo de Cultura Económica.
Engels, F. (1876). El papel del trabajo en la transformación del mono en hombre. Die Neue Zeit.
Pinillos, J. L. (1970). La mente humana. España: Salvat Editores.
Ramirez, J. L. (1999). Homo Instrumentalis: Reflexiones (no sólo pesimistas) acerca del dominio de la tecnología y de la renuncia humana a la libertad. Scripta Vetera.
Roll, E. (1942). Historia de las doctrinas económicas. México: Fondo de Cultura Económica.



Eduardo De Abreu.
Metafórico.







lunes, 31 de agosto de 2015

¿Cómo pudieron haber contribuido las teorías políticas al surgimiento del Estado – Nación moderno y al correspondiente desmantelamiento del sistema social de estamentos?

           Partiendo de una mirada filológica, se podría comprender al estado – nación como un sistema democrático, el cual se distingue bajo características antañas, poco ambiguas y trascendente en las teorías políticas. Etimológicamente democracia se concibe como el gobierno del pueblo, brindándole la capacidad a la soberanía popular a elegir sus gobernantes. Desde la democracia ateniense con las reformas de Clístenes basadas en un poder legislativo, areópagos y asambleas ciudadanas, hasta aquella democracia tan renaciente en esperanzas que trajo la revolución francesa, donde se exigía igualdad de condiciones políticas.

Acercándose a los principios democráticos y registrando grandes aportes al surgimiento del estado moderno, se concibe a Rosseau otorgando preocupación y lupa al poder soberano mediante el contrato, donde propone un pueblo reunido en multitudes con el deber de hacer las leyes subordinándolas a los jefes de gobierno que tienen el deber de aplicarlas, observando a estos jefes de gobierno como servidores del pueblo, mandatarios y no amos del sistema. Adepto a la libertad, tanto moral, como política Rosseau plantea que la libertad es el poder a elegir según la razón, pudiendo ser interpretada esta libertad como una noción a determinar quién gobierna según el raciocinio de cada ciudadano dándole aún más sentido a la voluntad general que tanto quería influir en la libre expresión.
Entre otros factores que forman un núcleo en la democracia, está la propiedad privada, siendo cuestionada y defendida en la actualidad, y teniendo también resonancia en las teorías políticas.

John Locke expone que la propiedad no solo es para el monarca, sino que el hombre (comprendiéndolo como el soberano) también tiene deber y derecho de propiedad de todo, asomando ese “todo” como el poder que tiene el hombre de adueñarse de aquello que trabaja con su cuerpo y con la labor producida con sus manos. Introduciendo quizás, que el trabajador es el primer propietario de la historia, ya que es el propietario de aquello que construye englobando propiedad de la tierra y propiedad material, Bodino también hace énfasis en que la propiedad privada es fundamental en la construcción de una república, con argumentos contrapuestos a los de Locke, Bodino se inclina en que la propiedad privada debe prevalecer en la familia y tilda al soberano como el padre de familia, el cual adquiere la labor administrativa, doméstica y con el deber de sustentar a su seno familar. Con referencias a la propiedad privada bajo principios democráticos, la premisa de Locke fue la que tuvo mayor acercamiento, aporte e impacto a los sistemas democráticos actuales. 

Como otra especie de vertiente al estado moderno, existe un fenómeno que cada vez hace ruido pero que no logra expandirse, ni establecerse a nivel estatal se podría conocer este fenómeno como autonomía y se podría encontrar en pequeñas comunidades, reflejándose como comunas voluntarias presentes en el mundo, así como lo son los Kibutz en Israel, los cuales por medio de la autogestión fueron esenciales para la creación del estado de Israel. Thomas Moro con su obra utopía hace un aporte a ellas describiendo una sociedad donde prevalecía la colectividad y no existía moneda. La mayor fuente económica era la agricultura dando de comer bajo el trabajo que todos los ciudadanos aportaban a ella, los Kibutz se sustentan bajo el mismo principio denominado autogestión, donde el profesor recibe la misma proporción del huerto que el médico que también brinda su labor y así sucesivamente se satisface la comunidad, sin otorgarle el poder a una figura o a una entidad. Pudiendo interpretar que no existe una ficción en la obra de Thomas Moro, sino micro realidades que van creciendo en el mundo.
Haciendo un puente metafórico entre lo antiguo y lo actual, cabe pregunta más allá de los aportes para el surgimiento del estado moderno ¿Cuáles fueron también los aportes al desmantelamiento del Antiguo régimen? 

Etimológicamente comprendemos monarquía derivado del griego como un estado regido por un soberano, el cual en la antigüedad pertenecía en el poder toda su vida hasta propagar el trono bajo una herencia. Un sistema de gobierno que establecía una sociedad de estamentos, es decir, un estrato de una sociedad definido por un común estilo de vida y una función social análoga a todos sus integrantes. Es aquella monarquía el antiguo régimen, que a pesar de ser señalada como antigua sigue estando palpable en el siglo xxi aunque con una índole constitucional.

 Thomas Moro más allá de exponer las vanidades de la isla utópica, también en forma crítica expone las carencias de la monarquía y con tinta contestataria representa en su obra como debe ser una república atribuyendo la tolerancia religiosa, donde en su isla de la utopía precisa que podrían vivir ciudadanos de diferentes religiones sin persecución, otorgando un primer golpe a la monarquía junto al sistema estamental que también fue víctima de los aportes de Moro, al querer demostrar el bienestar que podría prevalecer una sociedad cuando se suma la colectividad y se deja en segundo plano la individualidad que podría representar la nobleza, los caballeros y los cleros.


Montesquieu se suma “al intento de desmantelar” el sistema estamental con la separación de poderes, lo cual para aquella época, era algo totalmente moderno. Proponía separar aquellos mismos poderes que tenían el sistema estamental y la monarquía  en: poder ejecutivo a manos de la corona, un poder legislativo a manos de las familias aristócratas y una representación popular promovida por los ciudadanos. 

Maquiavelo más pasivo en la lucha contra el desmantelamiento, ve precisa una monarquía absoluta para la existencia de una república, pero bajo el argumento de encontrar orden y unificación llevada a cabo por aquel soberano de mayor voz, solo con organización podría el hombre satisfacer sus necesidades y con ella la convivencia a plenitud entre los ciudadanos.  

En parámetros generales cabe destacar que la mayoría de los pensadores políticos expuestos, fueron “victimarios” de alguna manera en el sistema estamental, críticos de las monarquías y sistema feudales donde hicieron vida. Gran parte de estos autores fueron ilustradores, ilustradores que aludieron al tumulto que más adelante dio presencia en la revolución francesa y en ella un golpe rotundo a los sistemas estamentales, fueron y son influyentes con sus obras en una infinidad de libretos y asesorías políticas tanto en el antiguo régimen como en el actual. No existe un oasis en ningún sistema político, ya que si algo ha transcendido desde el antiguo régimen es la corrupción, aquella que sigue tangible a toda frontera, combatirla y gobernar con lealtad junto a los principios democráticos seria el fin último en mis más prematuros pensamientos.   



Eduardo De Abreu Wolfmann
Simples relatos.

Tecnicismo político. ¿Un factor que desplaza el centralismo?

       Resulta curioso en estos tiempos hablar de tecnicismo en la política y centralización en unas mismas líneas, ya desde el siglo XX la demanda internacional y ciudadana en pro de la centralización del poder ha ido en declive, con las excepciones de Francia, la cual pone en práctica una república centralista como consecuencia de su tradición, y de países Latinoamericanos como Chile, Perú y Uruguay que desde su independencia, nunca se constituyeron como republicas federales.

Como evidencia y características del centralismo, en Paris, Lima, Montevideo y Santiago de Chile se concentran las mayores cifras del PIB, per cápita y población en base a sus respectivos países, inclinando la balanza hacia el elitismo de las capitales y desfavoreciendo los estados o departamentos aledaños. No obstante, las entidades gubernamentales de mayor auge y de gran poder estatal hacen vida política en las mismas capitales.

Mientras el tecnicismo dentro de una era marcada por la postmodernidad se podría denotar como un fenómeno que va cobrando vigencia y popularidad, donde por medio del método científico se resuelven problemas que acarrea la política. Lo curioso se destaca cuando a consecuencia del tecnicismo, la tecnocracia “gobierno de los técnicos” desplaza la centralización del poder si se entiende el poder atado a una personalidad. En ese sentido la tecnocracia responde a lo institucional sobre lo personal, pero aun así podría centralizar el poder a esa lógica ya que no solamente la política estará concentrada en un lugar, sino en una variedad de esferas científicas y reemplazando “el gobierno de los hombres, por la administración de las cosas” tal como atribuía Saint-Simón mucho antes que este fenómeno que con políticas oponentes a la globalización cobrara auge.

Una serie de autores en el transcurso del siglo XX dieron aportes y acercamientos, así como críticas y ataques a lo que refieren estos dos fenómenos dentro de las teorías políticas, destacando también los gobiernos totalitarios de la época y que similitud se obtiene.

Específicamente en 1971 en la escuela superior de tecnología en Eindhoven, se dio lugar a uno de los debates que más aportes e ideas trajo entre Foucault y Chomsky sobre estos dos fenómenos. Donde para ese entonces Foucault sostuvo que no ha logrado definir, ni proponer un modelo de estabilidad ideal para la sociedad científica o tecnológica, ya que su mayor preocupación se encuentra cuando en la Europa Moderna todo el poder está concentrado a manos del gobierno por medio de instituciones que de arriba para abajo se encargan de transmitir decisiones y castigar al que no las cumpla, existiendo también un conjunto de instituciones que se conciben como “independientes” descartando alguna similitud con el poder político. El dilema se extiende cuando Foucault descarta que estas instituciones sean netamente independientes y las cuestiona por pretender mantener el poder solo para una elite social, excluyendo en el intento los instrumentos de poder a cualquier otra clase social.

En plena discordia con que el poder sea sostenido por y para una clase social, Foucault en medio del debate, propone debilitar el poder criticando y atacando a las instituciones que aparentemente se consideran independientes y neutras para que la violencia política que se encuentra intrínseca en ellas sea desenmascarada.

Las instituciones para Foucault condicionan, así como también los instintos los orígenes de las necesidades cuando parecen racionales considerando que lo racional es real, así como lo es real racional.

Jurgen Habermas, quien desde afuera se le da un valor eminente en su opinión, dado de ser el miembro más prestigioso de la segunda generación de la escuela de Frankfort brinda una distinción en el modelo republicano de la democracia y el modelo liberal de la democracia y a su vez una crítica.

La crítica parte por la evidente centralización del poder en ambos, por una parte el modelo liberal de la democracia plantea al estado como un aparato de la administración pública, a la sociedad (estructurada en términos de mercado) como un sistema de trafico de las personas privadas y se ve al ciudadano como un conjunto de intereses privados, mientras el rol de la política está sujeta a las leyes del mercado y permite que el estado vele por el ciudadano hasta que la ley lo permita. Mientras que la concepción republicana plantea que el estado debe trazar como objetivo una normativa jurídica en el aparato administrativo y el mercado, el ciudadano procura garantizar una práctica similar y no una libertad coaccionada externamente.

La centralización para Habermas se evidencia, cuando no se toma en consideración la solidaridad para trazar un equilibrio en conjunto con el poder económico y el administrativo. La solidaridad desarrolla la participación en las esferas públicas que en el modelo deliberado que propone, dichas esferas están lejos de ser desarrolladas nada más para un conjunto de clases sociales y espacios de debates de temas privados, tal como es para los dos modelos anteriores, donde la prensa solo ha prestado servicios para sus dirigentes.

“Nos hemos ido alejando de las ideas básicas de lo que sirvió como fundamento para la civilización occidental” (Von Hayek, 2005) La concepción de libertad económica, política y personal juega en conjunto un elemento fundamental para la crítica de Hayek y es que de a poco, la sociedad se va alejando de este elemento. Para Hayek el liberalismo y la democracia van de la mano, por ende la importancia de la libertad económica, se evidencia el socialismo como una vil manera de centralizar el poder hacia un sector preferente ya que solo se benefician estratos sociales de bajos recursos y la mayoría es la perjudicada, e incluso hacia una alusión peyorativa refiriendo al socialismo como una forma de esclavitud ya que busca libertad de servidumbre y condiciones. Así como también señala que los regímenes totalitarios de la época (nacismo y comunismo) son iguales en sus diferentes inclinaciones y la distinción de estos es el libertalismo.

Hayek sostiene que es mejor crear condiciones libres y necesarias donde los ciudadanos puedan hacer vida económica en base a sus beneficios y crítica a los modernos planificadores por querer crear una dirección centralizada que pueda administrar todos los recursos, donde al final el estado interviene y dirige los recursos a sectores específicos.
El filósofo Derrida, parte desde un término o concepto a un aporte político, propone el termino deconstrucción, un término que no tiene estructura, pero si articulaciones que acentúa una referencia desde los mismos orígenes y es cambiante con respecto al contexto. El término no propone destruir, ni desglosar, sino analizar dentro de las estructuras que forman el elemento discursivo.

 “Para ser muy esquemático, diré que la dificultad de definir y, por consiguiente, también de traducir la palabra deconstrucción procede de que todos los predicados, todos los conceptos definitorios, todas las significaciones relativas al léxico e, incluso, todas las articulaciones sintácticas que, por un momento, parecen prestarse a esa definición y a esa traducción son asimismo desconstruidos o desconstruibles, directamente o no, etc. Y esto vale para la palabra, para la unidad misma de la palabra desconstrucción, como para toda palabra”. (Derrida, 1997, págs. 23-27)

La interrogante seria ¿Cómo podemos llevar la deconstrucción como rama filosófica a un aporte en las teorías políticas? Contextualizando uno de los fenómenos más influyentes del siglo XX, se podría atribuir que el fascismo era uno de los modelos de gobierno más centralizados, y a su vez tecnicista, comprendiéndose así en sus alegatos y su populismo como tecnicismo político e incluso comprendiendo las fábricas de armamento bélico como grandes aportes tecnológicos. Considerando el contexto es oportuno responder a lo planteado anteriormente dando referencia a que la deconstrucción es un modo de resistencia contra el fascismo que se vivía en la época y para el mismo comprender lo que es justo.

Por otro lado, Adorno y Horkheimer le otorgan también un sentido político a lo que es la razón, considerada como un instrumento de dominio a la naturaleza y los hombres. Sosteniendo incluso que el “iluminismo es totalitario” surge una razón instrumental, en donde por mas despiadado que sean los medios, el fin será el objetivo y con él un triunfo racional. La razón a manos de la autoridad, es capaz de subordinar la realidad, por ejemplo lo acontecido en Auschwitz-Birkenau es plenamente un acontecimiento racional e instrumental a pesar que Adorno se contradijera citando paradójicamente "No se puede escribir poesía después de Auschwitz".

Tanto la tecnocracia, la centralización y el totalitarismo como ya se afirmó se han constituido a través de la razón, con una razón instrumental quizás, como lo es el caso de la centralización. Aunque en el mundo actual, el pragmatismo social que daba lugar en la época de la ilustración se vaya haciendo poco rentable con la serie de sucesos que denotaron en el siglo XX.

Entre otros aportes, se encuentra Giorgio Agamben plantea una concepción sobre el estado de excepción el cual constituye “una tierra de nadie entre el derecho público y el hecho político, y entre el orden jurídico y la vida” (Carvajal & Agamben, 2006 ) abogando que los problemas y procedimientos que acarrea la política deben ser comprendidos por el ámbito político constitucional y no por el ámbito jurídico.

Agamben considera que la política está compuesta por una exclusión de la vida natural, a diferencia de Habermas, este gran filósofo griego considera que el ciudadano solo desarrolla su esencia humana en la esfera pública y se condiciona cuando la esfera pública está determinada por la política. Lo propiamente humano debe estar relacionado a los derechos, por lo contrario tendría frente una norma sin relación a la vida.

Con la globalización de las mezclas culturales, sociales y económicas, Negri establece que el imperio es el nuevo orden al mando. En la era postmoderna añade que el imperio no es el centro del poder, ya que no posee límites territoriales y estando estructurado de manera descentralizada incorpora a todo el reino global.

A través del mercado mundial, el imperio cobra auge imponiendo a gobiernos extranjeros, subordinando diferentes naciones e influenciando a diferentes multitudes sustituyendo una cultura por otra.

Retomando lo planteado por Giorgio Agamben, la noción en el individuo (representándose como ciudadano en un contexto estatal), de cómo las teorías políticas influyen actualmente como consecuencia de la postmodernidad en el siglo XIX, se relaciona con el pensamiento de que el hombre en base a la concepción de los derechos puede tener participación y activismo, el mundo político se encuentra en una era donde la participación ciudadana ha cobrado auge y más representatividad. Donde también la democracia intrínsecamente concede tres derechos inalienables para la esencia humana, nuestra vida a la cual se escoge darle su propio rumbo, nuestra libertad que a pesar de ser subjetiva, es la que permite expresar y la propiedad privada, aquella que sujeta la integridad de cada ciudadano.

El populismo como una de las nuevas formas de hacer teoría política, conspira y es oportuno con la notable participación de los pueblos, no es una causalidad insólita que se transcurra a esta técnica para hacer política. El debate entre derecha e izquierda consecuencia del populismo, exhorta y sigue siendo aspecto principal en los discursos, en las ideas y en las teorías políticas actuales.  

Como señalaba Negri, aún se vive en un mundo globalizado por contrastes culturales y aportes tecnológicos, aportes que deben ser los que desplacen al populismo como técnica y forma de gobernar para así rescatar la institucionalidad. La tecnología en varios aspectos ha creado mejoras educativas y comunicativas, aspectos que no pasan en vano para la formación de nuevas teorías políticas. Un país sin educación no puede exigir a través de la razón y la lógica debates que solucionen condiciones sociales o económicas en los parlamentos, como también un país sin educación se vuelve sumiso y adepto a las pasiones que levanta el populismo.


Bibliografía

Carvajal, R., & Agamben, G. (2006 ). Estado de Excepción homo sacer I. Santiago de Chile: Revista Chilena de Derecho, vol. 33 n° 1, pp. 197-205.
Derrida. (1997). Carta a un amigo japones . Barcelona: Proyecto A Ediciones.
Von Hayek, F. (2005). Camino de servidumbre. Madrid: Alianza Editorial.




Eduardo De Abreu Wolfmann
Simples relatos.

viernes, 25 de julio de 2014

Caracas, vamos a bailar.

Ya son 447 años arropando tu gentilicio caraqueño, de rostros mestizos, de diversos sentires. Tu fútbol, tu béisbol, el chillido del tránsito difundiendo odio a las 6 am, tus atardeceres anunciando nuestra reconciliación, pero sobre todo, tu mi cuna. 

Queda de nuestras manos buscarte solución y cultivarte en el transcurso, puedes seguir ocultando el sol en el Ávila y dormir tranquila, que en cualquier parte que este seré caraquista, caraqueño y de Caracas. Mi ciudad, mi identidad.

Eduardo De Abreu Wolfmann
Simples relatos.


viernes, 20 de junio de 2014

Trozos; de un cántaro roto.





I
Aquel loco bajito, con tres años edad;
lucia de braguetas, mirada inclinada al aire,
 despedía cada avión que topara con la vista, 
con coraza, por inercia, con lozanía, con nostalgia.
Sabia que de arriba alguien lo veía acariciando el cielo con su gesto de despedida.

ll
Succioné cada parte de tu sombra, 
Encendiendo cada gota de luz en tu pecho. 
Que me viera Darwin encontrando tanta vida oculta, 
entre tanta tierra razia, 
abandonaría las Islas de Cartago y ofuscado experimentara vida libre,
 en cada rincón oscuro de una mujer con fumadas rutinarias.

lll
El jorobado se lavo la cara con agüita del charco turbio, 
el caballo bebió de allí. 
Nunca se encontraron,
uno galopo, el animal se retorció,
¡Bendita suerte del alba!
Anuncio, algún Lázaro del presente. 

IV
Las cartas jugaron a los hombres,
monopolizaron un azar con pipa y sombrero medio lado.
-¿Con cuantos pares de hombres infelices me llevo el poker?
-Con los que en las espaldas lleven cicatrices, cicatrices de alguna mujer que cuando conocieron, de uñas carecía.

V
Dormía mimosas al son del Ukelele,
el León no la mordía a pesar de acariciarlo mientras comía,
rompió el mito de los panes y peces,
se desvaneció entre el polvo de arena que vi desde la cabina de algún campesino,
que al infierno me llevo,
¿Infierno?, 
no como el que Dante narraba, 
era lo profano del no seremos,
eran las cadenas que no desprendí al andar,
era el letrero que de lejos anunciaba y al ritmo de la murga despedía a Mendoza
¡Bienvenidos a Santiago de Chile!

IV
En cada esquina, cada amanecer, cada colchón.
Yo te violo y tu agregas nuevas formas a mi imaginación,
yo te acaricio y tu me haces brotar en cada erupción literaria,
te beso y tu me inspiras.
¡Ay, maldita musa!,
odio las noches en las que Morfeo me duerme en sus brazos
posición inerte con ojos cerrados,
no me alcanza hacerte el amor, 
tu tan noctambula siempre terminas en lo mismo,
robándome la billetera y un poema nunca elaborado.
Luego te vas y cuando el sol anuncia el olor barato de mañana, 
reprocho...


¿Que idiota te hizo el amor esta madrugada?.


Eduardo De Abreu.