Las actividades deportivas han ido estableciendo cada vez más impacto a nivel global, considerando incluso al deporte como una de las
instituciones más importantes de la vida moderna en las sociedades actuales,
este sector tiene un poder de convocatoria másico similar a cualquier
iniciativa con fines políticos o sociales y es por esto que su estudio parece
tener una importancia particular en el mundo contemporáneo.
El deporte es un identificador social y
cultural, definidor de la identidad, esto quiere decir que tal como acierta Medina
(1994), “determinadas prácticas deportivas permiten a los individuos llevar a
cabo una estructura de identificaciones construida por los actores sociales que
implican un sistema de adscripciones concreto” (p.10). En el proceso de
sociabilidad deportiva es posible que se den y de hecho se dan en la mayor parte
de los casos vínculos muy poderosos de identidad entre los diferentes actores,
entre los cuales se presentan la pertenencia a clubes y/o equipos, sociedades
deportivas y disciplinas concretas, creándose de esta manera unos fuertes
sentimientos de identidad colectiva (Curipallo, 2004) ; esto quiere decir que el hecho de
practicar un deporte específico o ser fanático de un determinado club o
equipo puede ser utilizado a nivel grupal como un elemento definidor de esa
identidad.
Esta capacidad de generar
sentimientos de identidad en los distintos actores viene dada porque el deporte
en general tiene como característica su capacidad de imprimir en los individuos
un conjunto de normas, valores y patrones de conducta. Un análisis
importante tiene que ver con los distintos determinantes políticos, económicos
y sociales que de alguna manera juegan un papel importante en la conformación
de diferentes equipos, clubes e incluso en la afiliación o seguimiento de un
deporte y algún equipo particular. Considerando esto, podríamos preguntarnos
¿Las prácticas deportivas puede ser el reflejo de la estructura social en una
sociedad determinada?. Xavier Medina (1994) señala que en general “El fenómeno deportivo está estrechamente
vinculado a la realidad social y cultural, hasta el punto que se transforma con
ella”. (Medina, 1994) . En otras palabras, existen elementos políticos,
sociales y económicos que pueden determinan la práctica o afición por uno u
otro deporte y también en algunos casos la afición por equipos particulares. En
el caso inglés, actualmente queda claro que es la clase trabajadora la que
tiene una identificación importante con el fútbol, a diferencia de la clase
media que se identifica con deportes como cricket, el rugby y el tenis, así lo
señala Raúl Fain (2014) en su artículo publicado en el BBC Mundo titulado “Fútbol y clase social”.
A continuación se tratará el tema específicamente de este fenómeno en el
fútbol inglés desde su formación, por lo que se orientará la discusión a la
siguiente interrogante ¿La conformación y estructura del fútbol en Inglaterra
puede ser considerado el reflejo de la estructura de la sociedad inglesa?. Es
importante destacar que en Inglaterra la fanaticada del fútbol son catalogadas
como hinchadas o hooligans y se explicará la manera en la que en estos grupos
se pueden ver reflejado diversos elementos de estratificación social, elementos
socio económicos que determinaron desde sus inicios la conformación de los
equipos y clubes y a su vez la manera en la que hoy se conforma la fanaticada
del fútbol inglés.
Ahora bien, si se quiere analizar lo
antes mencionado es importante conocer a grandes rasgos a qué se refiere la
estratificación social para de esta manera explicar qué implicaciones tiene en
la formación y establecimiento del fútbol inglés como se conoce en la
actualidad. Para Giddens (2000), La estratificación
se refiere a las “desigualdades
estructurales que existen entre diferentes grupos de individuos” (p.316). Está claro que las desigualdades están
presentes en todas las sociedades, incluso en las más simples, estas
desigualdades responden primordialmente al sistema de estratificación propio de
cada sociedad. Existen diversas teorías en las que se plantean posturas sobre
la estratificación, sin embargo las dos más conocidas son las de dos de los
clásicos de la sociología: Karl Marx y Max Weber. En primer lugar Marx propone una premisa fundamental para comprender este fenómeno y es
a partir de la división de clases, donde existe conflicto y clases antagónicas
per sé. Por su parte, Weber plantea que en una sociedad
no solamente es importante el elemento económico para determinar la
conformación de los diferentes estratos sociales, sino también juegan un papel
fundamental elementos como poder y estados, queriendo decir que existen varios
ejes de diferenciación, entre los que están el económico que es determinante
del sistema de clases; el prestigio que definirá los diversos grupos de estatus
y el poder.
El deporte en general se crea como un
elemento importante que permite promover la afectividad, la toma de decisiones
y la recreación. Sin embargo, El historiador Julio Frydemberg (1997) plantea que “el deporte moderno nació - en buena medida -
como un intento por construir mecanismos eficaces para la reproducción de la
dirigencia de la burguesía inglesa, a través de sus colegios que se dedicaron a
entrenar a los futuros dirigentes” (p.20)
Por otra parte, se fueron dando la creación de diversos
clubes desde el centro de las clases obreras, este es el caso de clubes
como West Ham United y Milwall FC del este de Londres, los
cuales fueron fundados en barrios obreros. Existe un elemento importante en la
fundación del West Ham United Football Club, el cual en sus inicios era
conocido como un club patronal, creado por una empresa privada como elemento
regenerados, era llamado Thames Ironworks Football Club. Cuando se funda West Ham United Football Club en 1900, su
fundación significa por su misma designación la distancia establecida frente a
la empresa (Korr, 1978). Cuatro años después de su fundación, en 1904 el club
abandona su estadio del Memorial Ground que había
sido construido justo en pleno corazón del barrio obrero, y se establecen en el
Boleyn Ground, situado en un barrio residencial fácilmente accesible para los
trabajadores de West Ham, de esta manera el club patronal se convierte en una
empresa autónoma, no enfocando ya la práctica del deporte como regenerador,
sino que pone en marcha un equipo capaz de suscitar un proceso de
identificación en una amplia comunidad territorial. (Korr, 1978). En
este caso se puede ver reflejado cómo las personas que pertenecen a cada club y
los seguidores o fanáticos catalogados hooligans, estaban en este caso
completamente relacionados con los orígenes de su institución deportiva, siendo
los seguidores de cada uno de estos equipos personas con características
socioeconómicas similares, incluso pertenecientes a zonas geográficas aledañas.
Por otra
parte, continuando con la relación y vinculación de los elementos de
estratificación social con el movimiento deportivo, específicamente del fútbol
inglés, Norbert Elías y Eric Dunning (1992)
en su obra “Deporte y ocio en el proceso
de la civilización”. Describen un aporte de Ian Tayior donde señala que la
violencia en el fútbol es causa y efecto de lo que él denominó
“Aburguesamiento” donde “los hooligans
contemporáneos constituyen una especie de movimiento de resistencia obrero
frente a la comercialización del fútbol”. (Tayior, 1971, pág. 352) Comercialización que
han realizado instituciones deportivas privadas en Londres como el Chelsea FC y
Totteham Hotspur, que desde un enfoque Keynesiano invierte grandes sumas de
dinero, para que el equipo crezca y de resultados en lo futbolístico. Según
datos oficiales de la FIFA, el Chelsea FC de la mano de su presidente Roman
Abramovich, empresario Ruso en materia petrolera, ha hecho una inversión de
1000 Euros desde su llegada a la presidencia del club. De esta manera se crea
una diferencia marcada en la cual existen equipos económicamente muy poderosos
y se mantienen los equipos tradicionales que no tienen ese poder económico y
evidentemente la fanaticada que sigue a cada uno de estos clubs comparte en su
mayoría características socioeconómicas y valores comunes, por lo que a través
de esta nueva estructura del fútbol inglés se puede reflejar de cierta manera
la estructura social de Inglaterra.
Es
importante analizar esta situación desde el enfoque Marxista que fue presentado
al inicio, ya que se presenta claramente la presencia de grupos antagónicos en conflicto
dentro del mismo ámbito deportivo. Por una parte se encuentran los grupos
adeptos a la clase obrera con su movimiento de resistencia al aburguesamiento
de esta práctica deportiva y por otra parte los empresarios, presidentes y
dueños de los equipos de gran elite en Inglaterra quienes llevan adelante el
movimiento de “aburguesamiento” del futbol inglés. Este tipo de lucha de clases
es la tradicional en la teorías marxista (Burgueses contra Proletariados) y
según lo relatado acontece en las esferas del futbol Inglés, generando eventos
de violencia entre los dos grupos.
Sin
embargo, esta no es única forma de violencia que se presenta en el fútbol
inglés, Norbert Elias y Eric Dunning (1992) describen otra manera de conflicto
relacionada también por las características socioeconómicas. Los autores
explican que los grupos rivales no son únicamente grupos de diferentes
posiciones socioeconómicas, ya que existen grupos rivales constituidos
principalmente por miembros del mismo estrato social, es decir, de los llamados
sectores rudos de la clase obrera. Esto quiere decir que existe un conflicto
intra-clase adicional al conflicto inter-clases explicado anteriormente. Un
ejemplo del conflicto intra-clase es el existente entre los dos equipos
nombrados al inicio, el West Ham United y Milwall FC, ambos formados en un
ambiente obrero. En el caso de estos
clubs existió una fuerte rivalidad y antagonismo entre ellos como consecuencia
de elementos externos tanto sociales como económicos-laborales que permearon a
la práctica deportiva. En un artículo titulado “West Ham United - Millwall: El
antagonismo de la clase obrera de Londres” publicado por Vavel en el 2012 se
relata una evidencia de dicho antagonismo.
En los años 60, el este de Londres vivió una huelga general
que causó la división de dos sectores dedicados a la metalurgia. Los empleados
de la zona de estibadores,
que apoyaron apasionadamente la huelga. Sin embargo, los trabajadores del sector
del metal se negaron a cooperar con el movimiento, lo que dio
lugar a una obligada rivalidad, dividida en dos grupos, que encontraron en el
mundo ‘hooligan’ del fútbol la perfecta excusa para destapar los trapos sucios
y curar las viejas heridas del pasado: los seguidores del West Ham United (sector del metal) y los hinchas del Millwall (zona de estibadores). (…) En este
caso la rivalidad entre ambos equipos no viene por cuestiones políticas (la afición del Millwall es
miscelánea: hinchas de izquierdas, de derechas, racistas…), como sucede en la
mayoría de los casos. El odio que se generan las dos aficiones se bifurca en
dos puntos bien marcados: por lo local, como la
rivalidad por ser el mejor equipo de la zona sureste de Londres, y
por lo laboral, como querer imponer la predominancia del metal
por encima del trabajo portuario y viceversa. (Vavel, 2012)
De esta manera queda clara
que la rivalidad en el ámbito deportivo ocurre como consecuencia de la
vinculación directa entre los clubes y los distintos grupos sociales que lo
conforman.
Ahora bien, en este hecho
del conflicto intra-clase es necesario asentar claramente que decir esto no es
negar ni que tales grupos participen en los conflictos entre las clases
sociales -por ejemplo, se enfrentan regularmente con la policía, que es el
representante de las clases dominantes-, ni que sean víctimas de la explotación
de grupos socialmente más poderosos” (Norbert & Dunning, 1992) . Es decir, pareciera
que a pesar de tener conflictos internos entre los clubs de la clase obrera,
está por encima de esto su identidad para una lucha común inter-clase.
Considerando todo lo
anteriormente planteado, se puede evidenciar que en el mundo deportivo,
específicamente en el fútbol inglés, existe un reflejo claro de los grupos
sociales y económicos de la sociedad inglesa en la conformación de los
distintos clubes e incluso en el establecimiento de conflictos entre los
distintos equipos deportivos y su fanaticada. Queda evidenciado que la afición
a uno u otro club implica en gran medida el compartir características sociales,
económicas, políticas similares, considerando que cada deporte y equipo
funciona como un elemento de identidad para cada una de las personas y que como
tal implica comportamientos, valores y actitudes.
Haciendo una paradoja, en el
caso del futbol inglés se puede ver reflejado como actualmente los empresarios
y dueños de los clubes de fútbol más poderosos representan aquellos que Marx
consideraba los dueños de los medios de producción, que en este caso son las
instituciones deportivas y por otra parte están los equipos tradicionales y
toda su fanaticada que defiende lo tradicional del futbol y la resistencia al
aburguesamiento y la comercialización de esta práctica deportiva que vendrían a
ser los llamados proletarios descritos por Marx. Esta paradoja refleja la lucha
de clases marxista como una lucha para que el fútbol en Inglaterra no pierda su
esencia, tal como se promovió desde sus orígenes obreros.
Referencias
Elías, N. y Dunning, E. (1992). “Deporte y Ocio en el
proceso de civilización”. Madrid: Fondo de Cultura Económica. Disponible en: https://tallerdeinvestigacionyensayo.files.wordpress.com/2008/04/elias-norbert-deporte-y-ocio-en-el-proceso-de-la-civilizacion.pdf
Fain, R. (2014). Fútbol
y clase social. BBC Mundo. Disponible en: http://www.bbc.com/mundo/blogs/2014/03/140310_blog_de_lalo_futbol_ingles_problema
Frydemberg, J. (1997), Prácticas y valores en el proceso de popularización del fútbol,
Buenos Aires 1900-1910‖, en Entrepasados. Revista de Historia, VI, 12, Buenos
Aires.
Giddens, A. (2000). Sociología. Tercera Edición
Revisada. Madrid: Alianza Editorial.
Korr, C. (1978) "West Ham United Football Club and the
Beginnings of Professional Football in East London", Journal of Contemporary
History, vol. 13, número 2, p.p. 211-232.
Medina, X. (1994) “El
deporte como factor en la construcción sociocultural de la identidad” en
VV.AA. Ciencias Sociales y Deporte. Investigación social y deporte.
AEISAD, nº1, Pamplona.
Tayior, I. (1971),
“Football Mad: a SpecuIative, Sociology of Football Hooliganism”, Londres, pp.
352-357
Vavel (2012). West
Ham United - Millwall: El antagonismo de la clase obrera de Londres. Disponible
en: http://www.vavel.com/es/futbol-internacional/inglaterra/87511-west-ham-united-millwall-el-antagonismo-de-la-clase-obrera-de-londres.html
Eduardo De Abreu.
Simples Relatos.